La muerte del jugador número doce
La crisis y el precio de las entradas son la causa del desolador panorama que presentan cada jornada los estadios españoles
Eran mediados del siglo XIX cuando Karl Marx pronunció una de sus citas más famosas: “la religión es el opio del pueblo”. Una frase con un gran abanico de interpretaciones,una de ellas podría ser la de la religión como género de masas y como medio empleado para evadirse de la realidad. Marx hizo de su cita una máxima para la sociedad en el siglo XIX. Un siglo después el fútbol invadió Europa por completo, y debido a su tremendo éxito por todo el continente se comenzó a decir entre las voces más autorizadas que el verdadero opio del pueblo era el fútbol. Una expresión que ahora, en el siglo XXI, se sigue empleando. Pero viendo los precios que rodean al deporte rey en España, sobre todo el referente a las entradas, podría decirse que el opio del pueblo ha dejado de pertenecer a tal, y ahora es un producto exclusivo para los paladares más exquisitos, y para los bolsillos más rebosantes. Se ha convertido en el opio de los ricos.
El fútbol es un deporte de una práctica sencilla. Una característica que le hizo ganarse desde el principio el interés de los ciudadanos. Tan solo era cuestión de tiempo que su práctica se convirtiera en uno de los hobbies más exitosos entre la población europea. Pero lo que nadie imaginaba es que su seguimiento sería también todo un éxito en el viejo continente. Grandes estadios llenos hasta la bandera albergaban partidos cada fin de semana. Los medios de comunicación no tardaron en aprovechar la situación para conceder al fútbol un gran espacio informativo. El fútbol, ya fuera la práctica o su seguimiento, fue uno de los hobbies más demandados en España durante casi todo el siglo XX, pero no era el único. Y esta es la diferencia con la actualidad.
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Las gradas semivacías son una constante en los estadios españoles |
El precio de las entradas y abonos dan muy poco margen si se quiere compaginar el fútbol con otras aficiones. Por ello, un ambiente frío en las gradas suele presidir la mayoría de partidos en España. Los clubes también son víctimas de la crisis, pero parece que sus medidas para hacerle frente olvidan que los mayores damnificados son los aficionados. El Hércules de Alicante parece uno de los clubes que ha decidido coger el toro por los cuernos para dar facilidades al aficionado como premio por su apoyo incondicional. Pese a tener uno de los abonos más caros de la Liga Adelante, el club ha propuesto algunas ideas para mejorar la afluencia al Rico Pérez, como el 2 x 1 para abonados, sorteo de entradas a través de las redes sociales o invitaciones a colegios para promover el herculanismo entre los más pequeños.
Luis Rodríguez, director financiero del club, afirma que el club no puede ofrecer más ventajas a los aficionados debido a la situación económica que atraviesa el club y las restricciones que implica estar en ley concursal. El responsable del sector financiero del Hércules no cree que el precio sea excesivamente alto, ya que “el Hércules en un club con altas aspiraciones deportivas que conllevan ese precio”. Por otro lado, apunta que el fútbol mueve una gran cantidad de dinero, por lo que “el precio de las entradas debe amueblarse a las exigencias económicas que demanda este tipo de eventos”. Rodríguez quiere dejar claro que “el precio de las entradas quizá sea alto, pero es justo”.
Sin embargo, entre gran parte de la afición no lo ven de la misma manera que en el área económica del club. La peña, perteneciente al municipio de San Vicente del Raspeig, Sergio Fernández, dice hablar en nombre de la afición al defender que “la hinchada se sintió traicionada” con el precio de los abonos en la temporada 2010/2011 durante el paso efímero del equipo alicantino por la máxima categoría del fútbol español. Los aficionados afirman que el club no tuvo en cuenta el seguimiento de su hinchada durante el largo calvario deportivo que ha vivido el equipo durante la última década en las categorías más humildes del fútbol español, como la Liga Adelante o 2ªB. “Fueron unos precios abusivos y no correspondientes a un recién ascendido”, concluye el portavoz de la peña sanvicentera, que quiso matizar que el abono del Hércules estuvo el pasado año entre los más caros de la Liga BBVA.
La conclusión de esta situación es que el fútbol ha dejado de pertenecer al aficionado. El deporte rey ha pasado a pertenecer a un conjunto de empresarios que pretenden el mayor beneficio económico, por delante del éxito deportivo. Las gradas cada fin de semana presentan un estado casi desértico. La afición ha dejado de ser ese jugador número 12 que fue en antaño. Quizás la Liga debería tomar nota de la Premier League inglesa o la Bundesliga alemana, donde unos precios más accesibles para el público hacen que cada fin de semana las gradas sean un mural con los colores del equipo. Mientras que en los estadios de España se ven con demasiada frecuencia americanas, camisas y corbatas entre miles de butacas vacías. Porque las gradas de los estadios seguramente estén hechas para que el público se divierta visionando el partido y debata sobre lo que acontece en el césped, y no para hablar de negocios como si fueran una oficina.